Los muñecos miran cansados de respirar mi ausencia
un río de insaciedad esperanzada en mi alma sin final.
¿tanto perdimos que ya no soñamos con ganar?
una medalla con el N°4 cuelga del respaldo de mi cama
unos cuantos carnets me refriegan en la cara quién fui y quién soy
el cargador del celular sigue enchufado
(no aprendí a desconectarlo cuando no lo uso)
y se me ha convertido en una mala costumbre
desde que no volví a mi casa
a mi cama
a mi cama
los calzados siguen con su orden habitual
amontonados
amontonados
y mi ropa entra como puede en mi pequeño placard
extraño los grandes espejos del cuarto
la cortina azul que no dejaba pasar la luz del sol
y el roce de tu piel en la madrugada
pero sobrevivo
a veces
mi gata acompaña mis noches de insomnio
y otras aprieto fuerte los ojos para no llorarte
porque no te has muerto
solo dejamos de mirarnos.
solo dejamos de mirarnos.
* De Así de loca, Ediotorial Pensamientos. Tucumán, 2016.
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